No solo ceramistas, no solo artistas plásticos, no solo maestros, la
vida pedaleando sobre una bicicleta:
Nunca me he encontrado, según mi
forma de ser y reflexionar en relación a la vida, en ningún extremo, pero sí en
relación a mi carácter y en cuanto a la forma de enfrentarme a las cosas.
Soy muy amigo de las causas
perdidas, tal vez por eso siempre he rechazado grandes oportunidades y he
elegido este oficio; me gusta construir desde la nada y tomar mis propias
decisiones.
Mitad hacedor, mitad maestro, con
un cierto desarrollo espiritual y algo de marcialidad, que me ayuda a coordinar
y enfrentarme a determinadas situaciones de la vida, me diversifico y vuelo
explorando nuevos campos en los que poner a prueba todo lo que de beneficioso
tiene la actividad creativa, independientemente del material con el que nos
identifiquemos, para con los demás; mi padre siempre decía que lo que le
gustaba era crear cosas, a mi abuelo, también y soy de los que piensan que la
técnica y los materiales, están al servicio del artista y no al revés.
Utilizo la creación, a veces como
auto terapia y otras como actividad terapéutica para otras personas; he
recorrido mucho camino en solitario y puedo hablar ya por mi propia
experiencia; sobre todo lo aprendido; todo ha sido experimentado previamente
por mi propia piel.
Mi evolución personal, no ha
seguido una única dirección, pero no se ha dispersado de manera centrífuga de
forma estratosférica; cada cosa, tiene su nexo y su por qué y forma parte de mi
vida y mi propia personalidad.
Yo siempre explico a ese tipo de
alumnos/as, con el que más me identifico, que no importa que vayan variando en
la práctica, experiencia y aprendizaje de la técnica, o que cambien de
disciplina artística, siempre y cuando, metafóricamente hablando, “No salgan de
una misma rueda de bicicleta”; me explico: puedes trabajar y crecer avanzando
sobre cada uno de los radios de una misma rueda, cada radio, arte o disciplina,
forma parte de una misma familia y se complementan; avanzamos por un radio y
cuando nos cansamos, saltamos al otro y evolucionamos y luego a otro si nos
apetece y en algún momento, regresamos al inicial; todos los radios, nos llevan
al centro de la rueda; lo importante eso sí, es no cambiar a otra rueda.
Empeñarse en obligar a un
alumno/a, seguir de manera férrea y disciplinada un único camino y en una sola
dirección, puede hacer que aborrezca la actividad creadora y artística y ¿quién
sabe si el mundo se perderá a un gran
artista?; con el tiempo, llegará también la motivación suficiente, para bajar
al mismísimo infierno de los ejercicios de copia, para soltarse de esa soga,
que impide que sus manos, sean capaces de realizar lo que se proponga y dejar
de lado el engañoso auto convencimiento posterior de que lo que hicimos, si
bien, no es lo que imaginamos, no salió tan mal.
Sé que esto de la rueda de la bicicleta,
puede que haya resultado un poco confuso, así que os lo explico de otra manera;
puedo pasar meses o años modelando y de pronto, apetecerme dibujar, pintar,
estudiar, escribir, programar, fotografiar, tallar, inventar, investigar, enseñar
o crear de cualquier manera o con cualquier cosa; está en los genes, pero
también en el fenotipo.
Aprovechando estos meses de
parada, ordenando, limpiando, cuidando, curando y perdiendo a otro ser querido,
he descubierto cientos de dibujos realizados; intenté clasificarlos; también
los elaborados en aquellos momentos de aburrimiento durante las clases de
bachillerato, momento especialmente proclive ,personalmente hablando al menos
para mí, para la evasión artística; recuerdo a mí madre entrar una noche,
gritando a las 05:30 de la madrugada en mi habitación, en la cual, yo me
encontraba dibujando mientras escuchaba la radio “¿ESTÁS LOCO, VIVES AL REVÉS!”,
mi padre, en esa época, viajaba mucho. La vida nos ha cambiado mucho en estos
días a todos/as, pero a unos/as más que a otros/as.
Los que llevéis siguiendo este
blog desde hace años, habréis podido comprobar, que se publica un poco de todo;
así me va, así me comunico o dejo de hacerlo, bien porque estoy haciéndolo a
través de otro medio o porque me apetece el silencio; la terapia artística,
siempre ha formado parte de mis diferentes trabajos como docente y el arte como
parte de la docencia.
Me apetece últimamente, trabajar
más sobre ello y en lo relacionado a la creación artística, creo que estoy en
uno de esos momentos de “ensimismamiento” o introspección y empezar de nuevo a
crear, sin ningún motivo, compromiso, fecha o exposición pendiente; tan solo
como fruto de la necesidad de contar otra pequeña historia dividida en unos
pocos capítulos y descubrir, ¿dónde me llevará en esta ocasión, mi bicicleta?.
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