Son muchos los trabajos realizados por nuestras alumnas/os a lo largo del curso y muy variados en cuanto a técnicas y gustos; el tener grupos reducidos y ser dos profesores, los que estamos atendiendo al grupo, permite que nos adaptemos mejor a las características de cada persona y que esta, vaya aprendiendo de una manera lúdica, relajante y a la vez efectiva.
En nuestro taller, cada alumno/a, realiza un trabajo diferente al del resto de sus compañeros, no somos una escuela, en la que el grupo entero, debe ceñirse a una misma técnica y trabajar sobre ella, al compás de los demás, esto hace de las clases, algo más dinámico y lúdico, permitiendo la incorporación en cualquier momento de nuevos alumnos o la salida temporal para una posterior reincorporación, sin miedo a perderse en el aprendizaje.
Este sistema, requiere un alto grado de preparación y experiencia, tanto como docentes, como en el conocimiento del oficio, sobre el cual impartimos clases, Marina y yo, tenemos ambas cosas, compaginamos nuestra labor docente, sumamente agradable y placentera para nosotros, con nuestra actividad artesanal en el taller y nuestra actividad artística, que nos hace estar constantemente en movimiento e investigando técnicas nuevas.
Muchos de nuestros alumnos, exponen y han expuesto con nosotros a nivel profesional, otros, han conseguido dedicarse a este oficio y vivir de ello, otros, tan solo vienen buscando algo de paz; muchos de ellos, vienen buscando una cierta preparación, para entrar en algún centro, escuela o facultad.
Al margen del quehacer diario y el devenir de las clases, cada cierto tiempo, hacemos actividades especiales para nuestras alumnas y alumnos, tales como quemas de Rakú, Pit Firing, exposiciones; en cada actividad, les enseñamos los aspectos más punteros a nivel técnico y todo lo que vamos aprendiendo, ya que la cerámica, actual, está muy viva y hay que estar constantemente al día, si no se quiere, caer en la desidiosa laxitud de la conformidad.
Cada persona un mundo, somos como un embarcadero, nuestra calle un río, nuestro taller, un apeadero, nuestros alumnos, van y vienen trayendo noticias de más allá de lo mares; compartimos y aprendemos, los unos de los otros, ellos, nuestras técnicas, nosotros sus experiencias.
Nuestras alumnas/os, lo son desde hace muchísimos años, siempre encuentran algo nuevo que aprender, y un entorno humano, vital y físico muy agradable; en cierto modo, somos como una gran familia :-)
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