Hace unas semanas Rafael Pérez recibía en el museo Bornholm de Dinamarca el premio Grand Prize European Ceramic. El proceso comenzó cuando un comisario de cada país seleccionaba a los que consideraba los dos mejores. Luego un jurado eligió entre los sesenta que optaban al premio. Este riojano se alzó como vencedor. Desde ayer su obra se puede ver en el espacio donostiarra Tiriki-Tauki donde expone una veintena de sus últimos trabajos.
Para Rafael Pérez explicar su obra es sencillo: «Trabajo básicamente la cerámica y, sobre todo, busco la belleza, no teorizar sobre ella. También me apasiona investigar sobre los materiales que empleo y su transformación en el fuego». Fruto de este trabajo ha desarrollado una pasta que, a diferencia de otras arcillas más habituales, en lugar de contraerse se expande como si tuviera muchas capas superpuestas despojadas de todo aspecto decorativo, de forma que «la pieza que he hecho previamente a la cocción es distinta a la que sale del horno. Me permite elucubrar sobre lo que me voy a encontrar. Me gusta porque algo muy sencillo, por ejemplo cómo una esfera deriva en una pieza más compleja. Trabajo de forma espontánea, nunca hago bocetos». Los colores que emplea para pintar son siempre tierra y parece que en la obra hay poca intervención humana.
Sus inicios fueron en la pintura pero se decantó por la cerámica «porque para trabajar tiene mucho más recorrido que otras artes plásticas, es posible hacer más cosas».
A la pregunta de si la cerámica está considerada como un arte menor el artista jarrero explica que «no hay un material mejor o peor que otro. Respecto a la cerámica hay mucho prejuicio porque se considera que es frágil, pero es todo lo contrario. No hay más que fijarse en dos aspectos: cualquier pieza de bronce antes se diseña en cerámica y es la que más persiste al paso del tiempo como se puede ver en cualquier museo». Para seguir con su teoría también añade que «antes el hierro sólo lo trabajaban los herreros y en nuestra época hay artistas tan imprescindibles como Chillida que han realizado sus grandes obras con él. Lo mismo pasa con la fotografía, hasta hace pocas décadas no se consideraba arte y ahora es una de las más reconocidas».
En el extranjero
Rafael Pérez trabaja más fuera que dentro de España porque «hay muy pocas galerías. Aquí los alfareros tradicionales siempre han tenido un peso importante como gremio artesanal, en cambio en los países nórdicos han experimentado más mezclando cerámica con vidrio desde hace muchos años y crearon un nuevo lenguaje».
Asia es uno de sus destinos habituales. En estos momentos expone en Taiwán y en breve lo hará en Taipei, en la República China. Fue precisamente en este país donde hace tres años ingresó en la Academia Internacional de Cerámica a la que pertenecen sólo una docena de artistas españoles. Corea es otro de los puntos donde su obra tiene gran aceptación.
Noticia obtenida en: diariovasco.com
Comments