Llegan las hogueras de San Juan, todos nos echamos a la calle con alegría, las calles de pueblos y ciudades se llenan de hogueras en las que arden los conocidos Júas en los que quemamos todo lo malo y lo viejo que nos paso durante el pasado año.
Los solsticios tienen cierto paralelismo con la vida de los que nos dedicamos a esta profesión de la cerámica, que no es otra que la que denominaremos como “la soledad del artista bipolar o solsticio artístico”, en ciertos momentos del año, el Sol alcanza su máxima posición meridional o boreal, es decir, una máxima declinación norte (+23º 27') y máxima declinación sur (-23º 27') con respecto al ecuador terrestre, pasamos de la euforia máxima producida por el éxito momentáneo, para posteriormente hundirnos en la miseria del lodo que tantas alegrías nos da cuando trabajamos con él. Es algo que está asumido desde hace tiempo, pero para lo que nunca estamos preparados, no deja de sorprendernos.
En el solsticio de verano del hemisferio Norte el Sol alcanza el cenit al mediodía sobre el Trópico de Cáncer y en el solsticio de invierno alcanza el cenit al mediodía sobre el Trópico de Capricornio.
A lo largo del año la posición del Sol (metáfora del ególatra artista, no vamos a engañarnos, todos llevamos en nuestro interior un farolillo rojo que nos gusta que se vea de vez en cuando) vistos desde la Tierra, nos movemos hacia el Norte y el Sur. La existencia de los solsticios está provocada por la necesidad, del ego y la economía, eje de nuestras necesidades perentorias en la Tierra, en las que tratando de emular a Aquiles, intentamos a nuestra manera, pasar a la inmortalidad para que nadie nos olvide sobrevolando el plano de la órbita de nuestras vidas, parece algo sobrenatural.
En los días de solsticio, la longitud del día y la altura del Sol al mediodía son máximas (en el solsticio de verano) y mínimas (en el solsticio de invierno) comparadas con cualquier otro día del año. En la mayoría de las culturas antiguas se celebraban festivales conmemorativos de los solsticios, el ser humano tiene esa capacidad sorprendente de celebrarlo todo, tantos los buenos, como los malos momentos, nos evadimos por breves momentos, nuestros pies no están anclados a la tierra.
Las fechas de los solsticios son idénticas al paso astronómico de la primavera al verano y del otoño al invierno en zonas templadas. Las fechas del solsticio de invierno y del solsticio de verano están cambiadas para ambos hemisferios como podemos ver, también aquí existen diferencias sustanciales entre el Norte y el Sur.
El solsticio es un término astronómico, económico y psicológico, relacionado con la posición del Sol (nosotros) en el ecuador celeste. El nombre proviene del latín solstitium (sol sistere o sol quieto) aunque paradójicamente, nunca dejemos de movernos.
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