El sueño plácido y relajado de un gato sin preocupaciones
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El autor del artículo durmiendo igual de plácidamente con los auriculares del revés
(haciéndome el dormido para no tener que hacer el desayuno)
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Taller de Expresiones y
Emociones, grupo de tarde, miércoles. Al igual que cuando estamos enfermos y
nos suministran algún tipo de medicamento al que tras un uso prolongado en el
tiempo, el cuerpo se acostumbra y deja de producirnos el efecto curativo, se
hace necesario un cambio, con las actividades y ejercicios que practicamos en
este taller, hay que variar y sorprender constantemente a la persona; nuestra
mente se hace más efectiva y se habitúa, se prepara y cada vez, es más difícil que
nos permita entrar por esa pequeña puerta, por lo que hay que sorprenderla; os
pongo un ejemplo y me estoy trasladando a una modalidad técnica y artística con
él. Cuando dibujamos una plantilla con un dibujo realizado por otra persona,
nuestros ojos ven de manera más o menos acertada lo que hay en la plantilla
(cuestión de entrenamiento), nuestro hemisferio derecho, se limita a transmitir
lo que los ojos han visto y se supone que una mano experta, plasmará eso mismo
(cuestión de práctica); pero no sucede así, al menos al principio. Nuestro
hemisferio izquierdo, quiere participar, está acostumbrado a dar órdenes y tienen
infinidad de archivos, donde se encuentran almacenados: el primer sol que
dibujaste con una gran sonrisa cuando eras pequeño/a, tu primer ojo (una
almendra perfecta); tu primera figura humana (un monigote lleno de botones); tu
primer barquito y otros dibujos posteriores.
En el proceso pasa lo
siguiente: los ojos ven algo, el hemisferio derecho va a dar orden a la mano de
que lo plasme tal cual lo vio, pero el hemisferio izquierdo, le dice; un
momento, estás dibujando una mano y eso no se parece en nada a lo que yo tengo
en el archivo, el hemisferio derecho se deja aconsejar en parte y la mano,
dibuja un hibrido de ambas cosas. Si ponemos el dibujo al revés, el hemisferio
izquierdo, no lo encuentra en sus archivos, no puede aconsejar al derecho y la
mano plasma el dibujo tal cual sin adulterar. Con el tiempo, el hemisferio
derecho deja de aceptar órdenes en cuestiones de dibujo y el izquierdo, acaba
callando.
En Expresiones y Emociones,
tratamos de ayudar al alumno/a a comunicarse con su propio subconsciente, pero
la parte lógica de nuestro cerebro en la gran mayoría de la gente, está
herméticamente cerrada mientras estamos despiertos y hay que sorprenderla cada
cierto tiempo abriendo una pequeña puerta por un sitio diferente cada vez. El
arte en todas sus variantes, es una buena herramienta, pero a veces, hay que
cambiar “de medicamento” o poner “el dibujo al revés”.
En este último taller, en el
que observamos, tan solo una de las partes del mismo, conseguimos todos/as,
nuestros objetivos y nos despedimos con una gran sonrisa; las malas
vibraciones, se quedaron en la arcilla que es moldeable; todos/as tuvimos
felices sueños ese día.
El resultado artístico, no
es lo que buscamos, sino la expresividad y con el tiempo la capacidad de
comunicar.
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