Prepararán las piezas, bruñirán, prepararán la Terra Sigillata, volverán a bruñir y cuando llegue el momento adecuado bizcocharemos, prepararemos toda la parafernalia que envuelve y empapa las obras y fabricaremos un horno de ladrillo efímero (me refiero al horno), que cada año se parece más a una de esas obras de ingeniería o arquitectura que vemos en las noticias; todo un artefacto pensado de manera inteligente pero en nuestro caso, con materiales económicos, ¿para qué construir una nave espacial y vestirse de astronauta, si la llama solo se produce en la parte alta de la chimenea y luego tapamos con una tapa?. El invento lleva muchos años funcionando con los mismos ladrillos y restos de metal.
Pues como decía, esta es la técnica que más le gusta a la mayoría de nuestras/os alumnos/as, la dejamos para finales de octubre, por aquello del humo y el fuego. A mí personalmente también me gusta más que el Rakú Occidental (no el oriental), aunque reconozco que disfruto más realizando la quema de Rakú.
Cada día nuevos inventos; es curioso, que a mí me guste la cerámica japonesa y que a las alumnas que tengo o he tenido de esas latitudes, les guste la de por aquí; creo que están saturado de la ausencia de color y lo natura y vienen buscando no solo el sol, sino los colores brillantes; a mí sin embargo, me ocurre lo contrario; a cada uno/a le llama la atención lo que no es costumbre.
Bueno, ya estamos liados con la planificación del Pit Firing; si alguien se anima, que lo vaya pensando, la fecha, ya la pondremos, dependerá no tanto de nosotros, sino de cuando nuestros/as alumnos/as, vayan incorporándose y teniendo listas las piezas.
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